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Tras la coronación, el 22 de noviembre de 1975, de Juan Carlos I como Rey de España, se cierra un capítulo de nuestra historia y se abre un camino de libertad y esperanza, si bien jalonado también de dificultades.

El nuevo monarca adoptarÔ una actitud resuelta y prudente para asegurar una rÔpida democratización, encarnando la «Monarquía de todos los españoles».

Se hace necesario «respetar» los condicionantes legales heredados del franquismo y a buena parte de sus cuadros políticos.

Los gobiernos de Adolfo SuƔrez

El Rey confió la dirección del Estado a un equipo de jóvenes reformistas encabezado por Adolfo SuĆ”rez. Investido Presidente del Gobierno el 3 de julio de 1976, SuĆ”rez guiarĆ” la transición a la democracia. Numerosos polĆ­ticos e intelectuales regresan del exilio y el 15 de junio de 1977 

tienen lugar las primeras elecciones generales.

La derecha de Manuel Fraga, antiguo ministro de Franco y fundador de Alianza Popular, aceptó plenamente las reglas del juego democrÔtico y el Partido Comunista de España, encabezado por el antiguo dirigente republicano Santiago Carrillo, participarÔ en la redacción de la Constitución.

El electorado se decantó por opciones mÔs moderadas. La Unión de Centro DemocrÔtico (UCD) de Adolfo SuÔrez obtuvo la mayoría relativa del Parlamento con 165 escaños y el PSOE (el histórico partido socialista, encabezado ahora por la joven generación de Felipe GonzÔlez) 118 escaños.

Consenso y reconciliación nacional

La transición modernizó España: se garantizaron las libertades, se estableció un sistema parlamentario pluralista y partidos y sindicatos vieron reconocida su función social. El Estado se descentralizó, dando paso a la formación de Comunidades Autónomas.

El reinado de don Juan Carlos recibió una amplia adhesión popular, aumentada por la discreción del monarca en el ejercicio de su función constitucional

Estos cambios fueron objeto de un amplio consenso que, junto al carÔcter pacífico de la transición, ha despertado el interés de muchos países que, en Iberoamérica o en la Europa excomunista, han pasado de la dictadura a la libertad.

El reinado de don Juan Carlos recibió una amplia adhesión popular, aumentada por la discreción del monarca en el ejercicio de su función constitucional.

La transición, verdadera reconciliación nacional, exigió renuncias parciales de todos los partidos (por ejemplo, el ideal republicano en socialistas y comunistas).

Planteada como una evolución legal desde las instituciones vigentes, era incompatible con la exigencia de responsabilidades a quienes habían sostenido la dictadura; a cambio debía partir de una generosa amnistía y conducir a una democracia plena.

El consenso permitió explorar caminos de autogobierno en Cataluña y Euskadi y elaborar el texto constitucional, aprobado por amplísima mayoría (87,87%) el 6 de diciembre de 1978.

Memoria del Cambio

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